El cierre de un Museo es un auténtico insulto a la inteligencia y más cuando funciona bien como es el caso del Museo del Traje. Cuando los resposables de su cierre son políticos a los que se ha dado en llamar progresistas y que verían con buenos ojos el acercamiento de la cultura para todos, el dislate es monumental.
Estamos contra la restricción de la oferta cultural y contra aquellos que teniendo que defender nuestros bienes culturales no lo hacen.

6/15/2008

LOS ¿DEFENSORES? DE LA CULTURA CIERRAN EL MUSEO DEL TRAJE

¡QUE NOS LO QUITAN!
Era el grito del pueblo de Madrid, en 1808, cuando veía cómo los soldados franceses intentaban llevarse al infante Francisco. Es curioso que en estos días, 200 años después, podamos decir eso mismo, pero no por un infante sino por el Museo del Traje.
Los enemigos muchas veces están dentro; los enemigos de la cultura, en este caso. Porque la indumentaria histórica es cultura y este Museo posee una colección de gran valor, por su excelente calidad y abultado número de prendas y complementos, que no puede -no debe- volver a ser guardada en cajas.
Es difícil dar crédito a que un museo como éste, reconocido internacionalmente, y envidiado, vaya a ser desmontado ¡Es descabellado! ¡Inaudito! ¡Una infamia a la cultura!
¡Cuántos museos de indumentaria de otros países darían lo que fuera por tener la mitad de los fondos que tiene el Museo del Traje!

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